Un
buen amigo tuvo que migrar a Finlandia a trabajar en una compañía de
telecomunicaciones. Adaptarse al clima fue tarea complicada, las bajas temperaturas
de aquel país durante largos períodos de tiempos hacian la vida cotidiana
bastante difícil. Poco a poco fue adaptándose a las inclemencias del tiempo, y
a las condiciones laborales también. Una vez que regreso a estas tierras, me
comentó anécdotas relacionadas con la forma de vida de los finlandeses.
Particularmente me llamó la atención una en especial. Comenta que una mañana
llegó a la planta donde laboraba, no tenía coche, viajaba en colectivo. Como
era más temprano que de costumbre vio el estacionamiento casi vacío. Se sentó
en su escritorio y se puso a mirar por la ventana el arribo de sus
compañeros. Notó con cierto asombro que los trabajadores estacionaban sus
coches en los lugares más alejados de la entrada a la planta, dejando
desocupados los que estaban más cercanos, pensó que ejercitarse era la razón.
Cuando se encontró con uno de sus compañeros le comentó lo que acababa de
observar. El nativo le dijo que eso era lo más correcto, si llegabas con tiempo
suficiente, debías ocupar los lugares más alejados de la entrada, dejando los
más cercanos para aquellos que por alguna razón llegaban cortos de tiempo, y
así pudieran ingresar a trabajar con menor demora evitando así las llegadas
tarde de los compañeros. Nadie tenía lugares reservados, todos hacían la misma
acción cada mañana inspirados en el valor de la solidaridad y la cooperación.
La ventaja de esto, me dijo, es que es necesario que todos lleguemos a tiempo a trabajar, eso es parte del servicio de calidad, además impide que unos hagan las tareas de otros mientras estos aun no han llegado, y también se fomenta la cooperación entre nosotros, hoy por ti, mañana por mi.
Le comenté a mi buen amigo que nosotros tenemos hábitos muy similares a los finlandeses. En las organizaciones gubernamentales los lugares mas cercanos a la puerta de acceso están reservados a los jefes, que coincidentemente son quienes llegan más tarde.
La vida democrática debe practicarse hasta en los detalles más mínimos, de otra manera, el autoritarismo suele imponerse y lo peor, arraigarse.
La ventaja de esto, me dijo, es que es necesario que todos lleguemos a tiempo a trabajar, eso es parte del servicio de calidad, además impide que unos hagan las tareas de otros mientras estos aun no han llegado, y también se fomenta la cooperación entre nosotros, hoy por ti, mañana por mi.
Le comenté a mi buen amigo que nosotros tenemos hábitos muy similares a los finlandeses. En las organizaciones gubernamentales los lugares mas cercanos a la puerta de acceso están reservados a los jefes, que coincidentemente son quienes llegan más tarde.
La vida democrática debe practicarse hasta en los detalles más mínimos, de otra manera, el autoritarismo suele imponerse y lo peor, arraigarse.
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