Los Mariachis Callaron...

1919-2012

No puedes elegir cuándo y dónde vas a morir. Sólo puedes decidir cómo vas a vivir…Joan Baez

Tierra de chamanes, chamanas y alebrijes, míticos personajes que don Pedro Linares relataba aparecían en sus sueños, mezcla de animal y bestia que solo era posible describir a través del maché.

Así es nuestro México,  sus contrastes y colorido no dejan lugar a duda de ser espacio de sueños, ilusiones y fantasías. Tierra adoptada por muchos como propia, para aquellos ciudadanos del mundo que frasean, no soy de aquí, ni soy de allá.

Pueblo de leyendas que intentan describir los sentimientos de una nación. Relatos que se convierten en parte de nuestras vidas; no hay infante que no hable de la llorona. Sentirse mexicano es abrir un tequila, encender la música y cantarle a la tierra, a los paisajes y las ciudades, los amores (siempre los amores perdidos). En el último trago vienen siempre los abrazos, la despedida. Que te vaya bonito.

Los atuendos los llevamos con orgullo. Mantuvimos una feroz batalla por rescatar el penacho de Moctezuma. Así somos los aztecas, celosos de nuestro pasado aún desconocido, pero que sin embargo, aguarda ser rescatado y trasmitido a las futuras generaciones y en él encontrar las causas y el rumbo de la patria.

Es un mundo raro que no precisa explicación, sino el deleite de probarse y  compartirse. Las simples cosas que rodean nuestra tierra llaman al andariego a que encuentre en este suelo la reconciliación, la paz y su casa. Una vez que ha partido, no le resta más que volver, volver.

De piel morena, cabello plateado y poncho rojo interpretó las canciones como un mexicano siente y vive. Pausada, ronca, fuerte pero con la sutileza necesaria para arrancar el llanto y los suspiros.

José Alfredo se reencontró con su Paloma Negra, la recibió gustoso, estamos seguro armarán un reventón de lo lindo donde quiera que se encuentren. Al rato les caigo Chavela.