El deporte en general, pero particularmente los juegos
olímpicos, han sido meticulosos en cuidar la integridad de la competencia.
Bueno, aparentemente. Los casos de sobornos para que sean designadas las sedes
salieron a la luz pública y desacreditaron al organismo deportivo. Altos
funcionarios del Comité organizador de Beijin fueron destituidos al comprobarse
que habían lucrado con entradas a los estadios y eventos deportivos.
El doping es quizás uno de los temas que mayor controversia
ha causado en las últimas justas. El cuidado que el COI pone en los controles y
vigilancia es riguroso. La idea es que los atletas no consuman sustancias que
les permita incrementar su rendimiento, pues ello va contra de una competencia
justa y equitativa.
El consumo de ciertas sustancias consideradas nocivas por el
COI, alteran el estado físico atlético de los competidores, los que los hace
susceptibles a mejorar su rendimiento en las justas. Ben Jhonsson rompió record
mundial en los 100 metros planos en Seúl, ganó la medalla de oro y
posteriormente fue despojado de la presea al detectarse el consumo de
sustancias prohibidas.
Muchos de los grandes atletas han recurrido al doping para
incrementar su masa muscular, potencia o
resistencia física. Maradona, Armstrong, McGwire, y muchos más.
En México a los policías y cuerpos de seguridad se les
practica el antidoping como parte de las medidas de controles de confianza. A
ciencia cierta no sabe que sustancias son calificadas como nocivas para
desarrollar efectivamente esta labor, sin embargo, deberían permitirse aquellas que el COI clasifica como
nocivas, pues como se ha comprobado altera de forma positiva el rendimiento de
los atletas; pudiera ser entonces que nuestros policías
fueran más raídos, fuertes y eficientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.