jueves, 31 de mayo de 2012

La Voz del Poeta


A los verdugos se les reconoce fácilmente: tienen cara de miedo… Jean-Paul Sartre

Para los cuatro candidatos a la presidencia de la república les pareció poco familiar el tono del poeta Javier Sicilia cuando se refirió a cada uno de ellos sin el menor recato.

Sereno, sin aspavientos, seguro de sí mismo y de la causa que representa, logró lo que pocos activistas; sentar en la misma mesa, aunque a destiempo, a los cuatro aspirantes a la primera magistratura. No dejó títere con cabeza. En un ambiente tenso y denso, en el que reinaba sentimientos de desesperanza, tristeza, abandono, olvido, rencor, coraje, hasta alivio o anhelo de ser escuchados; a uno a uno por uno les fue leyendo la cartilla.

Los políticos como todos los de su especie, intentaron desmarcarse de los señalamientos del poeta, sin embargo, les fue peor. A medida que tomaba la palabra para respaldar sus dichos, los candidatos se sumían en sus propios caprichos.

Conocieron en voz de los agraviados el viacrucis que han tenido que soportar por la pérdida, asesinato o desaparición de un ser querido. Por primera vez se vieron en medio de un escenario complejo que reflejaba una realidad a la que muchos gobernantes se han negado a aceptar. Una realidad que viven día con día miles de familias mexicanas, llevando a cuestas el dolor por haberles sido arrebatado parte de su ser.

Pasaron de ser los protagonistas de los discursos donde controlan el tiempo, el escenario y en la mayoría de las veces hasta al público; a un ambiente donde los reclamos y súplicas no se hicieron esperar. De los mítines multitudinarios con acarreados donde los aplausos son ensayados, pasaron a la recriminación de los directamente afectados.

Al igual que los familiares de estas víctimas inocentes, los candidatos deberían aceptar un diálogo abierto con las causas verdaderas. Con los padecimientos de los miles de mexicanos que día con día se ven agraviados por el abandono y la inoperancia de un sistema que no hace más que hacer como que no existen.

Es urgente que así como Sicilia logró legitimar un movimiento; otros grupos sociales con demandas auténticas y justas, llamen la atención de aquellos que ostentan dirigir la nación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.