miércoles, 2 de mayo de 2012

Oscar y los paisanos


Por alguna extraña razón, la gente que trabaja sentada cobra más que la gente que trabaja de pie.
(Ogden Nash)

A principios de año nos entusiasmamos con la posibilidad de que Demian Bichir ganara el Oscar como mejor actor. Ya la nominación de por si resultaba sorprendente, más aun pensar en que se llevara la estatuilla, que sería un triunfo para todos los mexicanos, aun y cuando no hayamos manifestado nuestro incondicional apoyo en la taquilla.
La película narra la vida de un compatriota que trabaja como jardinero en la ciudad de los Angeles  y padece lo que muchos otros mexicanos que cruzan la frontera en busca de una vida mejor. Discriminación, explotación, maltrato, incluso la muerte.
Hace días conocimos de un compatriota que fue asesinado a manos de más de una docena de oficiales fronterizos. Organizaciones civiles de migrantes han manifestado su repudio a través de  actos de resistencia en varias ciudades de la Unión Americana.
Un acuerdo migratorio de grandes proporciones entre los dos países es difícil. Los norteamericanos insisten en que no hay condiciones para ello, la economía colapsaría y el sistema de seguridad social se vería rebasado, aunado a los problemas xenofóbicos y de discriminación que se acentuarían con una medida como esta.
Por el contrario el argumento azteca es que de facto la migración es una realidad. El flujo de mexicanos que año con año buscan mejor suerte, se ha reducido siendo ahora de casi 180,000 mil, que contrasta con los 300,000 que anualmente cruzaron la frontera en la década pasada. La fuerza laboral mexicana significa ingresar a nuestro país más de 25 mil millones de dólares anuales, la segunda fuente de divisas después del petróleo.
Pareciera que el muro, helicópteros, soldados, perros, y todo el despliegue militar y económico en la frontera, son motivo de provocación e inyectan ánimo a nuestros paisas para intentar conseguir el sueño americano. La venganza de Moctezuma está más fuerte que nunca. Mientras en suelo azteca no existan condiciones de esperanza seguirá fugándose la fuerza laboral que tanta falta nos hace.

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