martes, 30 de octubre de 2012

YA PA QUE


La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás…Voltaire


La Auditoría Superior del Estado cuestionó el otorgamiento de un permiso a una empresa para edificar un estadio de futbol. El inmueble lleva un avance considerable, su construcción comenzó hace más de seis meses y este organismo encargado de fiscalizar y mantener el control sobre el gasto público apenas se va dando cuenta de ello.

Su función trasciende a la de vigilar el cumplimiento de objetivos contenidos en los planes y programas. La flagrante violación a los planes de desarrollo urbano, producto de que no cumplen con los objetivos de los mismos, debió obligar a esta Institución a manifestar su condena y además, actuar a favor de la sociedad.

Las condenas públicas o las manifestaciones de inconformidad, no son más que elementos con los que las autoridades buscan excusar su incompetencia. El estadio se construye con la complicidad de todo tipo de autoridades, que buscaron a toda costa beneficiar a un grupo de empresas, desde los dueños del equipo, la constructora, la cementera, y aquellos que lucran con el deporte profesional, vendiéndole la idea a la ciudadanía que con un estadio la ciudad gana.

Los estadios de soccer y de beis tienen años que se construyeron y no veo por ningún lado las ganancias para la comunidad. Existe el espectáculo y el entretenimiento para quienes acuden a estos recintos, pero de eso, a que la comunidad nos beneficiemos, hay una gran distancia.

Si la reacción de la autoridad es a este ritmo, no podemos esperar mucho de este elefante blanco que tampoco nos genera beneficio alguno.

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