La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se
presenta desnuda porque ha de convencer…Antonio Gala
La rendición
de cuentas es un tema que en el ámbito público ha tomado significado especial
en los últimos años. Las relaciones entre gobierno y sociedad se han estrechado
al grado de que los ciudadanos nos sentimos con derecho suficiente para
solicitar a la autoridad nos informe de manera clara y precisa sobre su actuar.
Pienso que
las relaciones entre sociedad y gobierno se parecen mucho a las relaciones
maritales. Donde su éxito depende de cinco factores fundamentales.
Comunicación, tolerancia, amor, confianza y dinero.
Cuando la
autoridad pide el voto ciudadano, pone su mejor cara. Toma como base su discurso en
promesas de mejora. Lo mismo sucede en el plano romántico. Los varones
persiguen a las doncellas como lo hacen los políticos en busca de votantes. Con
dotes de don juan hacen galas de promesas que a la postre deberán cumplir, de
lo contrario se rompe la cordialidad e incluso hasta el vínculo.
La confianza
se gana o se pierde en función del respeto a los cánones establecidos. Los
cuales deberán ambos seguir al pie de la letra. Serán una sola carne, en lo
próspero y en lo adverso…En este sentido, en el plano político las leyes fungen
como tales. Y es aquí donde rendir cuentas juega un papel fundamental.
¿Por qué
debo rendir cuenta de mis actos? Por qué el vínculo adquirido así lo exige. No
debe ser una posición de demanda específica, sino una práctica derivada de la
misma relación. Es parte del paquete. Un vínculo matrimonial precisa
información que genere confianza y fortalezca el amor. Un gobierno necesita
exactamente lo mismo, de otro modo se deteriora el vínculo.
En la medida
que el gobierno no comprenda el significado de esta relación el proceso de
rendir cuentas será un proceso tortuoso.Lo mismo le sucede a los maridos que se
indignan cuando las esposas desesperadas solicitan información sobre su actuar,
argumentando que su género les impide someterse a tales prácticas. El empoderamiento entendido desde la una visión cavernícola donde surgen los
vicios autoritarios y despóticos.
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