Mi holgazanería no me deja tiempo libre para nada… Alphonse Allais
La tan mencionada reforma laboral ha pasado al Senado donde
en apariencia no habrá mayores sobre saltos. El tema de mayor controversia,
según dicen los legisladores del PAN, PRI y PRD; es la democratización de las
organizaciones sindicales. Estas, se niegan a brindarles el derecho a sus
afiliados a conocer y participar democráticamente en su organización,
conformación y acceso a la información.
Por un lado los sindicatos se paran de pestañas y defienden
conquistas sindicales en pro de derechos laborales adquiridos que a todas luces
ya son parte del pasado y que lo único que han ocasionado es el deterioro de la
clase trabajadora.
Los empresarios por otro lado, se han dado a la tarea de
buscar alternativas y argucias legaloides para sacarle la vuelta a la ley
laboral, aprovecharse del desconocimiento de las normas y a lo complejo y
oneroso que resulta al trabajador defenderse en un juicio de esta naturaleza.
Los líderes de los sindicatos blancos, rojos, morados y de
todos colores se enriquecen a costa del trabajador, que cada vez sufre la merma
de su salario. Los discursos de la defensa de la clase trabajadora siguen
imperando en el argot político. Las
centrales obreras al servicio del corporativismos priista funcionan más fuertes
que nunca, ocupando posiciones relevantes del sistema político y gubernamental.
Esos espacios deberían servir para velar por los derechos
laborales de sus agremiados, son utilizados por sus líderes para hacer
negocios, comprar voluntades y seguir pisoteando a los trabajadores a quienes
dicen representar, alegando por un lado defender sus derechos, pero ahora
negándoles y suprimiendo el privilegio de acceder a otros.
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