Quien no vive de algún modo para los demás, tampoco vive para sí mismo…Michel Eyquem de Montaigne
En mi vida no me había
tocado ser testigo de un movimiento de masas tan importante y significo en pro
de una causa. Los mexicanos nos hemos sumado sin importar diferencias de
ninguna índole a ser parte de un asunto que a todos nos atañe.
Las mujeres por
décadas han sufrido el embate de una enfermedad mortal que se ha enquistado en
su ser. Considerada la principal causa de muerte en nuestro país, vemos con
agrado que la suma de esfuerzos por combatirla parece por ahora comenzar a dar
frutos.
El entusiasmo con el
que múltiples organizaciones de muy distinta naturaleza asumen el reto de
informar, atender y prevenir la enfermedad, pone de manifiesto lo relevante que
resulta la movilización social y los efectos que esto trae consigo al momento
de afrontar un problema.
El cáncer de mama ha
cobrado la vida de miles de mujeres (y algunos hombres) y destrozado a igual
número de familias. Sus devastadores efectos han provocado la unidad nacional.
Es el momento que otros asuntos de esta misma envergadura nos permitan
sentarnos a la mesa y convocar a todos a un permanente diálogo para sacar al
país adelante. Tratemos de algún modo de darle un sentido a tanto sufrimiento.
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