miércoles, 26 de septiembre de 2012

PELIGRO INMINENTE



Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte…Leonardo Da Vinci

Existen en nuestra vida cotidiana innumerables actividades que resultan por demás riesgosas. Desde domar leones o elefantes, limpiar ventanas en los rascacielos, hacerla de doble de cine, policía, entre otras que por su naturaleza son un peligro a la integridad física.

 En los últimos años, el ejercer el periodismo ha implicado significado jugarse el pellejo. Quienes llevan a cabo esta profesión han sido víctimas de la violencia como en ninguna otra parte del mundo, inclusive en aquellas regiones donde la guerra es parte de su diario vivir.

Pero la política es también una actividad de la cual su ejercicio requiere de mucho aplomo. La historia de nuestro país ha sido testigo de actos de violencia en su expresión máxima. A últimas fechas un candidato, virtual ganador de la contienda presidencial, fue asesinado sin que hasta ahora  esté claro quien o quienes lo mandaron asesinar. Meses después el Secretario General de ese mismo partido murió a menos de un tirador solitario.

En días pasados un diputado de Netzahualcóyotl fue victimado por su mujer después de sostener una discusión. Días después, un diputado  local de Sonora fue asesinado por órdenes de su suplente que con el afán de quedarse con la curul, pago a un asesino 40 mil pesos para matarlo. La política mexicana ha estado empañada por acontecimientos sangrientos.

La política es una actividad noble. Su ejercicio requiere de habilidad, conocimiento y sensibilidad. Servir al próximo a través de ejercicio del poder es su esencia. Sin embargo, nos hemos encargado en menospreciarla, en categorizarla como una actividad donde salen a flote los más perversos antivalores que culmina por someter todo esfuerzo encaminado al bien común. 

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