martes, 4 de septiembre de 2012

MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA


Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia…Francis Scott Fitzgerald

http://lamesera.com/files/photos/63538fe6ef330c1L.jpgLos mexicanos estamos gustosos de conmemorar nuestras fiestas patrias. Significa hacer puentes, tener días de asueto y dar rienda suelta a nuestra capacidad festiva. Motivo suficiente para que el tequila ruede. Con atuendos de revolucionarios y Adelita, las fechas nos permiten ir al fondo de nuestra esencia nacional. Las calles se inundan de banderolas, reguiletes, venta de sombreros y mostachos, barras libres y demás accesorios para estar a tono con la pachanga.

El ícono de las celebraciones será la ESTELA DE LUZ, monumento que más que evocar nuestra independencia, hace honor a la corrupción y la desfachatez. En las escuelas los periódicos murales serán la constante. Las maneras de recordar aquella gesta serán las asambleas, donde los pequeñines darán lectura a datos relevantes sobre la “vida” de Morelos, Hidalgo, Allende. Dos o tres bailables, niños disfrazados de los héroes que nos dieron patria y eso sí, el motivo suficiente para salir temprano.

Las autoridades colocarán las ofrendas en los monumentos a los niños héroes, quiénes con gallardía defendieron la nación. Uno de ellos, con el ánimo de salvar el honor se envolvió en el lábaro  patrio y se lanzo desde lo alto del castillo. Hecho que seguramente motiva a nuestra juventud.

Estas y otras muchas historias nos son reveladas año tras año. Los mexicanos nos perdemos más que en hechos, en leyendas sobre las cuales soportamos el peso de nuestro pasado.

El orgullo azteca significa hacer honor a ese pasado que es trasmitido en las aulas sin significado alguno, sin rumbo y lo peor, alejado de una realidad que sería necesario revelar. Ello para encontrar las causas y origen de nuestra nación, identificar los objetivos por los cuales pelearon nuestros antepasados y que ahora nos toca a nosotros mantener esa lucha.

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