“La madre de todas las batallas”, así bautizó Sadam Hussein a la
invasión norteamericana de 1991. Tropas de la “coalición” invadieron al
ejército irakí que había tomado territorio de Kuwait. El saldo de aquella
batalla es de todos conocido, el recrudecimiento en la zona dejó serios agravios
entre el mundo árabe y occidente desatándose un enfrentamiento ideológico,
político, religioso y económico fundamentalmente, que persiste hasta ahora.
El
mundo estaba pendiente del acontecer diario de aquella guerra que amenazaba con
desestabilizar no solo la zona de medio oriente, que ya de por si estaba
convertida en un polvorín, sino de involucrar intereses de otras naciones, lo
que hubiese ocasionado una confrontación de mayores consecuencias.
En
México a partir de este sexenio el gobierno federal libra una guerra contra
organizaciones criminales. El territorio nacional es tierra de nadie, los
cárteles han tomado el control y el ejército, marina, en algunos casos con el
apoyo de policías estatales y en menor medida municipales, están haciendo
frente a estas bandas.
El
saldo parece poco halagador. El discurso oficial insiste en que los índices de
criminalidad van a la baja, sin embargo, los medios informativos dan cuenta de
sucesos que dicen lo contrario, aunado a todos aquellos eventos no registrados
de manera oficial en los noticiarios.
Ante
cada evento macabro, la autoridad responde con las mismas frases que ya a nadie
alientan, por el contrario, dejan ver su inoperancia para hacer frente a esta
guerra en la que siguen empeñados, mientras los ciudadanos perdemos la paz,
tranquilidad y sobre todo la esperanza.
No es suficiente una reforma policíaca. Más
policías, más penales, penas más severas, mejor equipo y armamento, nuevas
estrategias y novedosas tácticas de combate no son la solución.
Debemos
mirar hacia la recomposición de la sociedad en su conjunto. Recuperar antes que
nada la esperanza, la fe y el anhelo de construir un mundo mejor mediante un
pacto entre gobierno y sociedad, sin que medie en la autoridad la intención de
no cumplir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.