martes, 11 de septiembre de 2012

LOS PUENTES


La ociosidad camina con tanta lentitud, que todos los vicios la alcanzan…Benjamin Franklin

Cuando de puentes se trata viene a la mente la cinta, Los puentes de Madison es una película estadunidense de 1995 dirigida por Clint Eastwood, interpretada por él junto a Meryl Streep, El guion explora la relación entre una solitaria ama de casa italiana residente en Iowa, casada con un soldado estadounidense. Mientras su esposo e hijos se encuentran fuera, conoce a un fotógrafo, interpretado por Clint Eastwood con quien vive un tórrido romance. Una cinta con un sello especial de los dramas que viven algunos matrimonios con esos asuntos de la infidelidad.

Hablar de puentes en México es muy distinto. Para ese tipo de obras cuya ingeniería requiere de algo más que talento somos únicos en el mundo. Basta con analizar el almanaque y de inmediato identificamos los asuetos a los que tenemos derecho. Todo mundo reniega de ellos, pero eso si, nos viene a toda madre ser parte de ellos; los más señalados son los mentores que poseen fama arquitectónica por tomar esos días de festejo nacional con excesivo rigor.

Sin embargo, el próximo aniversario de nuestra independencia tocará para mala fortuna en fin de semana. Por razones desconocidas a nadie se le ocurrió la brillante idea de pasar el festejo a lunes, como ha sucedió en otras celebraciones patrias, lo que hubiera significado un puente más.

A decir verdad, cuando comenzaron con la idea de colocar los días festivos en lunes o viernes con el ánimo de alentar al turismo, nadie sabe a ciencia cierta cuáles fueron los criterios para determinar aquellos festejos que estaban en esta categoría. Los mexicanos comenzamos a celebrar nuestras fechas históricas en función de apoyar la reactivación de un sector que en nada abona a los beneficios de la sociedad mexicana, salvo a quienes trabajan en este tipo de empresas.

Los costos de las habitaciones de hotel o los traslados en estas fechas llegan a ser hasta cuatro veces superiores a las de los días normales, que ya de por si no son nada baratos. Por fortuna no habrá puente, dediquemos nuestras energías a superar esta catástrofe y hacer como si nada hubiera sucedido. La independencia nacional no requiere de puentes sino de verdades para poder llevar a cabo una auténtica fiesta nacional.

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