La ociosidad camina con tanta
lentitud, que todos los vicios la alcanzan…Benjamin Franklin
Cuando de puentes se trata viene a la mente la cinta, Los puentes de Madison es una película estadunidense de 1995 dirigida por Clint Eastwood, interpretada por él junto a Meryl Streep, El guion explora la relación entre una solitaria ama de casa italiana residente en Iowa, casada con un soldado estadounidense. Mientras su esposo e hijos se encuentran fuera, conoce a un fotógrafo, interpretado por Clint Eastwood con quien vive un tórrido romance. Una cinta con un sello especial de los dramas que viven algunos matrimonios con esos asuntos de la infidelidad.
Hablar de puentes en México es muy distinto. Para ese tipo de obras cuya
ingeniería requiere de algo más que talento somos únicos en el mundo. Basta
con analizar el almanaque y de inmediato identificamos los asuetos a los que
tenemos derecho. Todo mundo reniega de ellos, pero eso si, nos viene a toda
madre ser parte de ellos; los más señalados son los mentores que poseen fama
arquitectónica por tomar esos días de festejo nacional con excesivo rigor.
Sin embargo, el
próximo aniversario de nuestra independencia tocará para mala fortuna en fin de
semana. Por razones desconocidas a nadie se le ocurrió la brillante idea de
pasar el festejo a lunes, como ha sucedió en otras celebraciones patrias, lo
que hubiera significado un puente más.
A decir verdad,
cuando comenzaron con la idea de colocar los días festivos en lunes o viernes
con el ánimo de alentar al turismo, nadie sabe a ciencia cierta cuáles fueron
los criterios para determinar aquellos festejos que estaban en esta categoría.
Los mexicanos comenzamos a celebrar nuestras fechas históricas en función de
apoyar la reactivación de un sector que en nada abona a los beneficios de la
sociedad mexicana, salvo a quienes trabajan en este tipo de empresas.
Los costos de las
habitaciones de hotel o los traslados en estas fechas llegan a ser hasta cuatro
veces superiores a las de los días normales, que ya de por si no son nada
baratos. Por fortuna no habrá puente, dediquemos nuestras energías a superar esta
catástrofe y hacer como si nada hubiera sucedido. La independencia nacional no
requiere de puentes sino de verdades para poder llevar a cabo una auténtica
fiesta nacional.
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