viernes, 8 de junio de 2012

Que Partida


  Como si no tuviera cosas más importantes, en estos días he dedicado tiempo a ver los debates que han organizado la Comisión Estatal Electoral y algunos canales de televisión. Me han llamado la atención principalmente los celebrados entre candidatos a las alcaldías.
Cuando niño y que llegaba a cometer alguna fechoría, la reprimenda o castigo no se hacían esperar. Mi madre era implacable en esas tareas. Demostraba contundencia y rudeza para mantener la paz y tranquilidad hogareña. La suplica era siempre momentánea, NO LO VUELVO A HACER.
Pasaron los años y llegaron los tiempos de los desvelos juveniles, muchas veces acompañados de bebidas refrescantes que al día siguiente pasaban la ingrata factura. Levantarse temprano y contribuir a las labores de la casa en ese estado, era una tortura que no requería de un mayor regaño o reprimenda. El malestar era tal que de nuevo, NO LO VUELVO A HACER.
Después de ver el primero de los debates pensé en aquella prometedora frase que tuvo eco hasta pasados muchos años, cuando ya los regaños y las repetidas resacas habían hecho mella en mi conciencia.
Pero al igual que antaño, me mantuve firme frente al televisor viendo estas trasmisiones. Escuche muchas barbaridades. Los candidatos han asumido con absoluta irresponsabilidad su papel de convencer al electorado de que son la mejor alternativa. Mienten con abrumadora facilidad, haciendo gala de dotes artísticos, se asumen como los salvadores de la ciudad.
Se involucran en acciones que escapan a la esfera de su competencia gubernamental. Hacen el papel de diputados, senadores, gobernadores, sin el menor recato. Hablan de inversiones millonarias sin siquiera tener conocimiento de causa sobre las dificultades para la obtención de los dineros.
Una candidata casi recostada en el atril, utilizaba solo 20 segundos para hacer sus propuestas. El derroche de talento y su capacidad de síntesis le permitía despreciar el resto del tiempo asignado.
Como profesor universitario siempre renegué de mis alumnos por las exposiciones que presentaban para ilustrar o explicar algún tema. Mis exigencias llegaron al grado de tener que suprimirlas dado el poco contenido que mostraban.
Ahora que he visto este pésimo espectáculo, me permito pedirles una sinceras disculpas a esos valientes y entusiastas jóvenes y decirles que por lo menos tienen mejores herramientas para expresarse que todos los candidatos que he visto disputarse algún puesto en la presente elección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.