martes, 5 de junio de 2012

¡EXAMEN SORPRESA¡


La juventud quiere mejor ser estimulada que instruida…Johann Wolfgang Goethe

Durante la presente semana nos dieron la nueva de que el CONAPO (Consejo Nacional de Población) había cometido ligeros errores en sus predicciones para calcular el crecimiento poblacional de nuestro país. Pecata minuta dicen sus dirigentes, pues nadie puede adivinar el futuro, así que son meros intentos por saber a que ritmo va crecer la población azteca y que ello sirva para diseñar políticas gubernamentales.

No creo en tanta belleza la verdad. Las decisiones públicas suelen no contar (salvo excepciones) con tanto rigor como para tomar en cuenta cifras y datos como estos. Las ciudades crecen sin ton ni son, se diseñan estructuras de gobierno, servicios, infraestructura y demás sin obedecer a información precisa y verás sobre el entorno, sino más bien y muchas de las veces ante el capricho de quienes tienen el poder de tomar decisiones.

Hace algunos años el gobierno federal decretó que era urgente ampliar a tres años obligatorios el prescolar. La noticia fue celebrada con júbilo, pues los infantes estarían ahora mejor preparados antes de ingresar a la primaria. Después de tan pomposo anuncio la pregunta en cuestión era, de donde sacarían a los docentes, los jardines de niños y los salones necesarios para dar cause a dicho anuncio. Esto se hace haiga sido como haiga sido, pues así lo dispuso el presidente.
El sábado 2 de junio miles de jóvenes acudieron a las preparatorias de la Universidad Autónoma de Nuevo León, a presentar su examen de admisión. En los tiempos que fui a la preparatoria esto no se daba. Todos tenían cabida en las aulas universitarias, salvo aquellos que por decisión propia no deseaban cursar el bachillerato. 

La población creció y los espacios educativos no lo hicieron en la misma proporción dejando un vacío tremendo. La educación pública se vio entonces acompañada de cientos de escuelas particulares que daban cabida a los rechazados, muchas de las veces dotándolos de una formación deficiente.

Los datos del crecimiento poblacional no dieron la pauta para generar las inversiones necesarias en el sector educativo medio superior. El acceso a la preparatoria para miles de jóvenes se vieron mermadas, viendo truncados muchos de ellos sus aspiraciones profesionales. 

Con errores o sin ellos, lo que sí debemos exigir es un mayor compromiso de las autoridades para diseñar políticas y programas de gobierno, basados estos en información objetiva que permita hacer frente a las condiciones del entorno y no por el contrario asumir consecuencias que a la postre resultarán con mayores costos en lo económico, social y político.

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