La juventud quiere
mejor ser estimulada que instruida…Johann
Wolfgang Goethe
Durante la
presente semana nos dieron la nueva de que el CONAPO (Consejo Nacional de
Población) había cometido ligeros errores en sus predicciones para calcular el
crecimiento poblacional de nuestro país. Pecata minuta dicen sus dirigentes,
pues nadie puede adivinar el futuro, así que son meros intentos por saber a que
ritmo va crecer la población azteca y que ello sirva para diseñar políticas
gubernamentales.
No creo en
tanta belleza la verdad. Las decisiones públicas suelen no contar (salvo
excepciones) con tanto rigor como para tomar en cuenta cifras y datos como
estos. Las ciudades crecen sin ton ni son, se diseñan estructuras de gobierno,
servicios, infraestructura y demás sin obedecer a información precisa y verás sobre
el entorno, sino más bien y muchas de las veces ante el capricho de quienes
tienen el poder de tomar decisiones.
Hace
algunos años el gobierno federal decretó que era urgente ampliar a tres años
obligatorios el prescolar. La noticia fue celebrada con júbilo, pues los
infantes estarían ahora mejor preparados antes de ingresar a la primaria. Después
de tan pomposo anuncio la pregunta en cuestión era, de donde sacarían a los
docentes, los jardines de niños y los salones necesarios para dar cause a dicho
anuncio. Esto se hace haiga sido como haiga sido, pues así lo dispuso el
presidente.
El sábado 2
de junio miles de jóvenes acudieron a las preparatorias de la Universidad
Autónoma de Nuevo León, a presentar su examen de admisión. En los tiempos que
fui a la preparatoria esto no se daba. Todos tenían cabida en las aulas
universitarias, salvo aquellos que por decisión propia no deseaban cursar el
bachillerato.
La
población creció y los espacios educativos no lo hicieron en la misma
proporción dejando un vacío tremendo. La educación pública se vio entonces
acompañada de cientos de escuelas particulares que daban cabida a los
rechazados, muchas de las veces dotándolos de una formación deficiente.
Los datos
del crecimiento poblacional no dieron la pauta para generar las inversiones
necesarias en el sector educativo medio superior. El acceso a la preparatoria
para miles de jóvenes se vieron mermadas, viendo truncados muchos de ellos sus
aspiraciones profesionales.
Con
errores o sin ellos, lo que sí debemos exigir es un mayor compromiso de las
autoridades para diseñar políticas y programas de gobierno, basados estos en
información objetiva que permita hacer frente a las condiciones del entorno y
no por el contrario asumir consecuencias que a la postre resultarán con mayores
costos en lo económico, social y político.
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