La Hora Cuchi Cuchi

Prefiero que me incineren a que me sepulten y ambas cosas las prefiero a un fin de semana con mi mujer…Woody Allen

En la década de los setentas y principios de los ochentas, en la pantalla nacional se transmitía la CARABINA DE AMBROSIO, un show cómico, mágico, musical. El atractivo de aquel programa era sin duda la vedette brasileña Gina Montes. Después de la cena, los señores de la casa se posicionaban del mejor lugar de la sala, al “mero adelante” y clavaban la mirada en las caderas y demás protuberancias de la bailarina carioca.

Pero la hora cuchi cuchi era cuando aparecía el magazo “Beto el Boticario”. Personaje que hacía una parodia extraordinaria del arte del ilusionismo, que con humor blanco deleitaba a chicos y grandes.

La candidata “diferente” en su afán de motivar y convencer al electorado para que este próximo primero de julio salga a votar; ha propuesto a las mujeres de la casa que condicionen a sus maridos la hora cuchi cuchi.

 

Antes de solicitar asilo íntimo, los esposos desesperados deberán mostrar su pulgar teñido de tinta indeleble, que los acredite aptos para el encuentro carnal. En caso contrario se declarara moratoria por un lapso indefinido (no sé a ciencia cierta a quien beneficie más dicha sanción). El castigo se podrá prolongar hasta el siguiente proceso electoral o ya en caso extremo, hasta que el cuerpo así lo demande.

En el arte del amor, los mexicanos suelen ser demasiado escrupulosos. Los tiempos y los astros juegan un papel fundamental. La luna llena, la comadre, los viernes, el 14 de febrero, el mañanero, el rapidín; ahora hay que añadir los procesos electorales. Si de por si la fama de machotes es solo un mito, ahora agreguemos un ingrediente más que puede servir de excusa perfecta para como dicen, “sacarle la vuelta al bulto”.

Ya veremos si a partir del primero de julio y contando nueve meses, tendremos el privilegio de contar con el nacimiento de toda una generación de aztecas que a la sombra de un pulgar oscurecido, llevarán por nombre Enrique o Andrés. 

Suerte mis chamacos y ya saben; este primero de julio a votar y luego a …