miércoles, 2 de enero de 2013

UN POLACO RECORDADO POR LOS AZTECAS


No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón…Karol Józef Wojtyla (Juan Pablo II)

16 naciones se disputaron durante el pasado junio de 2012 la Eurocopa de naciones en su edición XIV. Por primera ocasión polacos y ucranianos serán los anfitriones de esta justa. Con una más amplia tradición futbolística, los de la tierra de Juan Pablo II, buscaron alzarse con la gloria.

Polonia alcanzó sus mayores éxitos futbolísticos en el ámbito profesional en el mundial de España 1982, donde conquistó la tercera posición. De la mano de figuras importantes entre las que destacaba Gregorz Lato, imponente delantero que posterior a la justa mundialista visitó la camiseta del Atlante, equipo que aquel entonces patrocinaba el Seguro Social.

A pesar de ser años de crisis severas, parecía que para el sector público eso no importaba mucho, pues además de tener posesión de este equipo, el gobierno era dueño de otras escuadras de futbol y  beisbol. Eran épocas de derroche financiero por parte del Estado, que a decir verdad en nada se compara con lo que ahora gastan nuestros funcionarios públicos, solo que ahora no invierten en el deporte de la forma como la hacían en aquellos gloriosos años ochentas.

Lato vino, brilló y maravilló a la afición mexicana. El Atlante no ganó el título en aquel año en el que enlistaron a lo mejor del balompié azteca, sin embargo, la chequera estuvo al servicio de su entrenador Horacio Casarín, una leyenda en el futbol mexicano. En aquellos años no era común que vinieran a nuestro país jugadores europeos, menos aun de la llamada cortina de hierro y más extraño todavía una figura de la talla de Lato.

Hoy conocemos un poco más de Polonia gracias a personajes tan contrastantes como su santidad y extraordinario delantero Lato. Ojalá que ésta euro sea recordada por el buen espectáculo y no por las consignas racistas que tanto daño han causado a Europa en las últimas épocas, sobre todo, aquellas vergonzosas manifestaciones  que cada semana vemos en los estadios de futbol y nos hacen irremediablemente recordar los estragos de la segunda guerra mundial.

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