Es mejor arriesgarse a salvar un culpable que
condenar a un inocente..Voltaire
Hoy Francia está de fiesta. La presunta secuestradora
Florence Cassez fue liberada después de culminar el último capítulo de uno de
los casos más controversiales de la justicia mexicana. Imperó la ley en la
resolución de la Suprema Corte, pero estuvo ausente la justicia.
Desde el principio el caso estuvo envuelto en una serie de
irregularidades procedimentales que concluyeron con la liberación de la
ciudadana francesa. La pregunta obligada es entonces ¿Quiénes serán los
responsables de sufragar, mitigar o solventar los agravios que se cometieron en
contra de las víctimas?
Es por todos sabido que se montó un espectacular operativo
comandado por las televisoras y en el cual el actor principal fue el entonces
Secretario de Seguridad Pública, el multicondecorado General Genaro García
Luna. Hubo además de este personaje otros muchos funcionarios de la propia
secretaría y de la procuraduría que intervinieron como actores secundarios en
este filme.
Lo peor de todo fue que no se castigó de manera justa a la
culpable. Las víctimas sufrieron no solo el agravio del delincuente sino del
Estado. No se condenarán a los culpables del montaje. Muchos de los presos
actualmente viven condiciones similares en cuanto a la violación de sus
derechos al momento de ser detenidos o procesados.
La justicia en México está en crisis. Es momento de
replantear una reforma del Estado en materia de procuración de justicia que
involucre las relaciones políticas y jurídicas entre la federación y los
estados. No se puede mantener un status donde impere la duda, la suspicacia y
la simulación. Características esenciales de la pasada administración federal.
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