Dios prefiere a la gente corriente, por eso ha hecho tanta…Abraham Lincoln
Durante año
vi como el esfuerzo fue la constante en aquel chamaco. La vida le había jugado
una partida poco común, sin embargo, el amor y cariño con el que fue acogido
por la familia ayudaron a sortear los obstáculos que se le fueron presentando.
Desde los 11
años comenzó a trabajar como parte de su formación. Primero empacando mandado
en los mercados, posteriormente como mesero en distintos establecimientos de la
zona por donde vivía.
Vio al
trabajo como una disciplina en su formación. Con el tiempo logró graduarse como
abogado en la U.A.N.L. Fue todo un acontecimiento para la familia, que dado sus
malos hábitos para tratar con el crédito, ahora tenían en aquel miembro su
principal aliado y defensor.
Un
licenciado en casa es motivo de algo más que satisfacción. Brinda seguridad y
certeza para aquellos momentos de apremio. El chamaco siguió trabajando, ahora
en despachos pequeños. De pronto surgió una oportunidad laboral de mayores
alcances, su perseverancia y entusiasmo parecía lo ponían en la senda señalada.
Gustoso
acudió a las oficinas de la rectoría a tramitar su título profesional. La
señorita lo recibió con una notica poco alentadora, el pergamino cuesta
$16,000. El pasante de abogado se fue de espaldas. ¿Cómo es que una universidad
pública cobra tanto por este trámite? A decir vedad debería ser un permio
gratuito al esfuerzo, tenacidad y dedicación, En este país de pasantes y
profesionistas truncos es necesario incentivar la titulación, bajo esquemas más
accesibles o bien con facilidades que permitan sortear este último y caro
trámite.
Los
programas de becas que ofrecen los distintos gobiernos deben incluir este
último trámite que en ocasiones suele costar inclusive más que el total de las
colegiaturas que se pagan en toda la carrera.
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