miércoles, 9 de enero de 2013

EL AÑO QUE ESTA LLEGANDO

 El éxito es tener lo que quieres. La felicidad es querer lo que tienes…Dale Carnegie

Como suele sucedernos a los mexicanos la llegada del año tiene especial significado. Como pueblo acostumbrado a las inclemencias de la vida y a los atropellos de la autoridad, tenemos que soportar la llamada "cuesta de enero". La resaca se prolonga más de lo debido y no precisamente a causa del consumo excesivo de alcohol, sino a los malabares que las familias deben hacer para sortear los incrementos que se avecinan.

Los impuestos y derechos por la posesión y uso de automóvil, el predial, el aumento al transporte público, las autopistas, los servicios, alimentos, la gasolina que su espiral de incremento, o ajuste como dirían los sabios de hacienda, está contemplado hasta el 2014, sin que ello signifique ahí concluirá, y la lista puede ser interminable. Sin embargo, nuestra estirpe puede con esto y más. Basta con que alguna luminaria azteca sea nominada al Oscar, o que ocurra otra tragedia en el ambiente artístico para que nos olvidemos de la ya tradicional cuesta de comienzos de año.

Los incrementos para este 2013 fueron rotundos. Desde la permanencia de la ya mencionada tenencia, hasta los aumentos en el pago de predial que oscilan alrededor del 50% no corresponden con los incrementos salariales, que terminan por pulverizar el poder adquisitivo de los trabajadores, condenándolos a modificar sus patrones de consumo para estirar en lo posible el salario. 

Lo peor de todo es que ante esos aumentos el deplorable estado de nuestra urbe lo dice todo. Los servicios y su calidad dejan mucho que desear, quedando en entredicho las bondades administrativas de los gobiernos, resultando no solo onerosos estos incrementos, sino injustos y perversos. 

Que Dios me los cuide.

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