jueves, 24 de enero de 2013

TANTO TANTO RUIDO


Mis padres vivían junto a una dscoteca, pero cada noche se quejaban  (los de la discoteca)  porque hacían mucho ruido…Joaquín Sabina

De nueva cuenta las autoridades ponen a aprueba a los ciudadanos. Los ayuntamientos de varios municipios metropolitanos aprobaron recientemente incrementar las sanciones económicas para aquellas personas que provoquen ruido excesivo. Lo anterior ya se veía venir, lo cierto es vivir con comunidad ha sido y es todo un reto para los regiomontanos.

Pero medidas recaudatorias no terminarán con el problema. La autoridad suele echar mano de lo primero que presenta y piensan que afectando el bolsillo de las personas podrá remediar el problema. Cuando en una familia alguno  de los hijos se porta mal, los padres solemos mostrar nuestras garras implementando castigos, pensando siempre afectar donde más le duela.

Restringir las salidas, horarios, dinero, confiscando el nintendo, la tv o cuanto artefacto de comunicación exista en casa. Las medidas pueden tener impacto de manera inmediata, sin embargo, a la larga si esto no lleva consigo la concientización nos la pasaremos toda la vida imponiendo penas.

Los ciudadanos debemos mostrarnos como tales, pero ser un ciudadano se aprende no se decreta por mayoría de edad. Es un proceso consiente donde se aprende a vivir en comunidad, respetando a la autoridad y los espacios de común convivencia. ¿Cuántas veces suenan los celulares en una función de cine?, ¿Quiénes ocupan los lugares apartados a personas discapacitadas en los estacionamientos?, ¿Fuera de los colegios cuantos coches vemos estacionados en doble o triple fila? La ciudad esta sucia, son pocos los espacios donde la basura esta ausente. 

Antes de pensar en imponer sanciones cada vez más fuertes, debemos  idear acciones de concientización ciudadana, que permita a la sociedad rescatar la esencia que dio origen a la vida en común.

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