Vota a aquel que prometa
menos. Será el que menos te decepcione…Bernard M. Baruch
El proceso electoral ha concluido en una de sus etapas,
quizás la más crucial de ellas. Los ciudadanos salimos a votar convencidos de
que un cambio verdadero y real es posible. En lo personal percibí un mayor
entusiasmo en la gente por acudir a votar, a pesar de factores adversos que
hicieron lo posible por empañar este ejercicio.
Algunos factores se repitieron con respecto a la elección
presidencial anterior. El candidato del presidente al final no llegó a la
contienda. En el PRI el candidato se posicionó o adueño de la candidatura desde
meses atrás; lo mismo sucedió en la elección anterior, cuando Madrazo inclusive
logró crear un grupo de “notables” en su contra. Y Andrés Manuel, repite,
comenzó su campaña desde la culminación de la elección anterior y desde
entonces no dejó (salvo cierto espacio) de ser el candidato de las izquierdas
casi casi por decreto. Creo que hay otro candidato, no recuerdo bien.
La ciudadanía en los últimos días de las campañas dio muestra
de cohesión y movilización. Por lo menos en aspectos tan sencillos comenzaron a
tener puntos en común, logrando ponerle pimienta a la elección que a todas
luces se veía ya resuelta hasta antes de aquel incidente en la Ibero.
Pero a pesar de muchos elementos divergentes la elección
concluyó. A pesar de dos televisoras cargadas hacia un partido y candidato. A pesar
de un ambiente enrarecido y lastimosamente violentado por el crimen organizado.
A pesar de candidatos grises y pobremente representativos, a pesar de mentiras
y exageraciones que buscan de manera desesperada atraer a los votantes, a pesar
de las múltiples denuncias ante las autoridades sobre delitos electorales, a
pesar de las miles y miles de despensas que se reparten y repartirán el día de
elección como pago a los favores, a pesar de los miles de millones de pesos
entregados en dinero y especie para los “promotores” del voto, a pesar de los
miles y miles y más miles de acarreados que llenaron las plazas en busca de un
pepsilindro, un lonche de mortadela y una cachucha, a pesar de ver más que una
contienda política electoral una competencia a ver quien tenía mas propiedades
y había cometido más actos de corrupción durante su vida al servicio de la
política, a pesar de tener autoridades electorales caras, insensibles y
parlanchinas, a pesar de todo eso
habemus votos.
Ojalá que haya ganado el candidato de su preferencia y si por
aquello de pura ching….ganó Quadri, pues ni pex.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.