Hasta antes del proceso electoral del 1 de julio pasado, era
común escuchar entre el respetable que de ganar Don Andrés la cosas se pondrían
difíciles. Que nos esperaría una devaluación tipo gobiernos priistas y como dicen,
NO TE LA VAS A ACABAR. Por suerte para muchos esto no sucedió y las iglesias
permanecerán abiertas, televisa y tv azteca seguirán pasando telenovelas y
Chavana se mantendrá como el show man del momento.
Usualmente los pronósticos catastrofistas suelen tener un
especial impacto en las mentes aztecas. Cuando vemos a un limpiador de ventanas
en lo alto de un rascacielos cumpliendo con su chamba, lo primero que pensamos
es, "SE VA CAER".
Hoy en día los mayas son conocidos en el mundo gracias a que
algunos eruditos han descifrado sus códices e interpretan que nuestros
antepasados vaticinaron el fin de la tierra el 21 de diciembre de 2012 (no han
dado al clavo aún si será en la mañana o en la tarde). La noticia ha cobrado
significado profético e inclusive en los Estados Unidos existen grupos que se han unido a través de
la red, creando bunkers y recetas para soportar la catástrofe durante algunos
meses y después ser ellos quienes pueblen de nuevo la tierra o lo que quede
ella.
Pero lejos de pronósticos a lo que nos hemos vuelto
fanáticos, lo que es una realidad es que el huevo subió. Pasadas las elecciones
y sin saber si el recuento de votos fue la causal o la gripe aviar que se
detectó en un pollo golón allá por Jalisco, lo cierto es que el producto de
gallina se incrementó en hasta en un 40%. Los mexicanos sabedores de estos y
otros golpes a la economía familiar, soportaremos estos y otros embates que
estén por venir.
El día de mañana las vacas locas o la fiebre porcina o el
gusano tal o cual, nos harán desprendernos de aquello que pensábamos era
nuestro por estar al alcance del bolsillo.
Lo que viene es quizá una crisis severa, no imagino un país
como el nuestro sin HUEVOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.