A veces la vida tiene un cruel sentido del humor al
concederte lo que siempre querías precisamente en el momento menos oportuno…Lisa Kleypa
En los Estados Unidos,
un ciudadano californiano avecindado en Texas, encontró su vehículo que le
había sido robado en 1970. De manera casi fortuita descubrió que su coche era
subastado en un sitio por internet. Dio aviso a la policía y después de algunas
indagatorias le fue devuelta la unidad.
La espera fue larga
pero valió la pena. En nuestro México lindo y querido un caso similar hubiera
tenido desastrosas consecuencias para el dueño. Primeramente habría que pagar
los refrendos, tenencias atrasadas, cambios de placas e infracciones cometidas
durante todo ese tiempo, eso sin contar los recargos respectivos. Lo anterior aun
y cuando hubieses demostrado que el coche no estuvo en tu posesión y uso
durante más de cuatro décadas.
En este caso el coche
fue recuperado y posteriormente entregado a su original dueño, obviamente antes
pasó por los procesos de verificación de documentos. Mientras esto sucedía el vehículo
estuvo bajo resguardo de la autoridad. En nuestro país esa estancia en el
corralón hubiera corrido por tu cuenta a razón de casi 1000 pesos diarios. Casi
casi el costo por noche en un hotel de 5 estrellas.
Pero además de cubrir
los costos del corralón, se corre el riesgo de encontrar el vehículo en penosas
condiciones. Sin copas, espejos, vistas, estéreo, ni batería. Esto en el mejor
de los casos, porque es común que los coches desaparezcan de ahí como por arte
de magia.
Una vez cubierto todos
los costos de la burocracia hay que apersonarse con el personal respectivo para
hacer las aportaciones voluntarias a manera de recompensa. Aquí le decimos pa
las sodas. Al fulano del corralón, a pesar de encontrar el coche hecho
añicos. A los ministeriales que se hicieron cargo de la investigación, aun y
cuando tu hayas encontrado tu coche. Al comandante y jefe de grupo, al jefe de
turno que levantó el acta de robo, al del mostrador que te atendió las treinta
veces que fuiste a preguntar por tu asunto que acababas de resolver.
Así que si por
casualidad encuentras tu coche después de 40 años, piensa dos veces antes de
denunciarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.