El Estado soy yo…Luis XIV
Los gobernantes suelen dejar huella y llamar a la atención en
base a sus caprichos más que a sus dotes y capacidades para dirigir una nación.
Porfirio Díaz hizo conmemorar los festejos del centenario de la independencia
el 15 de septiembre para que coincidiera con la fecha de su cumpleaños. Síntoma
del autoritarismo que debe demostrar quien ostenta el poder.
Para no ir muy lejos, un Presidente de México hizo construir
un aeropuerto en su pueblo natal para acudir a pasear cómodamente con su
familia. Concluido su mandato la pista no volvió a utilizarse.
Innumerables anécdotas aderezan la vida política de nuestro
país y del mundo entero. Cuando se celebraban los juegos olímpicos de Londres
en 1908, la Reyna Alejandra, hizo que la distancia de la competencia de maratón
se ampliara 195 metros, para que la meta estuviera frente al palco real. Desde
entonces esa distancia es la oficial en esta prueba.
Los juegos olímpicos en tierras aztecas se vieron empañados
por los episodios violentos en la plaza de las tres culturas en aquel 2 de
octubre, a escasos 10 días de la inauguración. El ideario de esta justa es
precisamente la paz y hermandad de los pueblos, que al margen de esta
celebración, es lo que menos hemos aprendido y puesto en práctica.
Los aros olímpicos representan la unión del mundo y sus
continentes, con colores distintos que denotan la tolerancia y respeto a la
diversidad. Muchas de las veces ni los mismos juegos se han escapado a la
violencia étnica y política.
Múnich, Moscú y los Ángeles, han sido testigos de actos
violentos en contra de deportistas y del espíritu de los mismos juegos. Esperamos
que esta justa que apenas comienza no sea rehén del capricho de la Reyna y que
por el contrario sean los deportistas los verdaderos protagonistas y portavoces
del mensaje de paz y armonía que tanto hemos despreciado.