El
universo con todas sus pompas y con toda su hermosura es un caos para el hombre
sin fe…Juan
Valera
Desde el origen de la humanidad hemos
volteado la mirada al cielo para encontrar respuestas. Es una condición natural
que nos lleva a preguntarnos sobre nuestros orígenes y lo que realmente
representamos en este universo. Las religiones hicieron lo mismo y encontraron
en los cielos el refugio tan anhelado por los humanos.
Durante la semana resultó que
astrónomos españoles habían descubierto un
cuerpo celeste que pasaría muy cerca de la Tierra. El objeto era según
reportes históricos una pieza única de dimensiones tales que podría verse a
simple vista. Jamás un meteorito se había aproximado tanto a nuestro
planeta.
Sin embargo al igual que el pronóstico del
tiempo, los fenómenos del cielo no son fáciles de predecir con exactitud.
Cuando la humanidad espera con ansias el paso del dichoso cometa, una piedra de
enormes proporciones cayo del cielo en territorio ruso. El colapso dejo un
saldo de más de un millar de heridos. Para pronto nuestros amigos ibéricos, nos
adelantaron que ambas rocas no tenían ninguna relación y que el meteorito ruso
era oooootro fenómeno que no estaba previsto.
En buenas manos estamos. Parece que
esto de la predicción fenomenológica de plano no se nos da. Pareciera que desde el
cielo los dioses nos envían señales que nos ponen a pensar en la vulnerabilidad
a la que estamos expuestos, aun y que muchos encuentren en las rocas espaciales
una respuesta terrenal producto de la renuncia de Benedicto al papado.
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