Aquel que no usa su moralidad
sino como si fuera su mejor ropaje, estaría mejor desnudo…Khalil Gibran
Como te ven te tratan…reza una sentencia azteca. Justa o
no, las sociedades creamos estereotipos basados en información para enjuiciar
la condición del otro a partir de elementos poco objetivos como su manera de
vestir, hablar, color de piel, origen,
condición laboral y otros factores a los que damos importancia relevante para
determinar nuestra visión sobre el prójimo.
A pesar de la pretensión por impulsar la igualdad, seguimos
haciendo énfasis en diferenciarnos a partir de elementos como la apariencia
para hacer distinciones o exclusiones dentro del grupo.
En el año de 2007 Rigoberta Menchú asistió
como invitada del presidente Calderón a la Asamblea de la Asociación Nacional
de Agua Potable y Saneamiento en Can Cún.
La Premio Nobel de la Paz, fue sacada del hotel al ser confundida por personal
de seguridad con una indígena vendedora de artesanía.
El flaco, el gordo, el chaparro, el moreno o rubio…condiciones
que suelen marcar la pauta para obtener un empleo, la atención en un hospital,
entrar a un restaurante o antro, o recibir un trato de privilegio o negarle la
atención en algún almacén o institución bancaria.
Una
diputada federal por Chihuahua fue objeto de críticas por parte de diversos
medios de comunicación y twwiteros. La provocativa minifalda que usó durante
una de las sesiones en San Lázaro, provocó el entusiasmo de algunos y la
reprobación de otros y otras.
Lo
cierto es que ella tiene la libertad de vestirse como le de la gana y ser
objeto de respeto por parte de sus compañeros al margen de las partes del
cuerpo que desee mostrar. Pero también es cierto que toda sociedad se rige por
normas y a nadie le hace daño seguir ciertas pautas de decoro con lo cual se
evitan confusiones entre una legisladora y una dama de la vida galante
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