En las
últimas semanas se ha discutido sobre la ampliación del horario para la venta
de alcohol. Dueños de antros piden se pase de las dos a las cuatro de la mañana,
sabedores estos que eso del horario es nomas para taparle el ojo al macho. Lo
cierto es que la diversión en la metrópoli no tiene fin y se venden bebidas
embriagantes las 24 horas del día.
Esto ha
llevado a la autoridad municipal a implementar operativos para buscar
salvaguardar el orden y meter en cintura a los conductores que siguen
empecinados en manejar alcoholizados. El costo de estos operativos son altos, y
la autoridad encuentra la justificación idónea para ello, argumentando que se
salvan vidas humanas al someter a estos automovilistas.
Las
sanciones económicas que se imponen a quien sea sorprendido manejando bajo los
influjos del alcohol se han incrementado considerablemente. La severidad con la
que actúa la autoridad ha comenzado a arrojar dividendos para las arcas
municipales, a la par de los beneficios
que trae para la sociedad el hecho de sacar de la circulación a conductores en
estado inconveniente.
En algunos
pueblos se conserva la costumbre de imponer sanciones éticas para aquellos que
cometen alguna falta al reglamento. Inclusive hace años en nuestra ciudad, los infractores
eran sancionados mediante acciones como barrer las calles, pintar los cordones
de las banquetas o quitar la hierba de los camellones.
Estas
sanciones implica que los infractores realizaran una actividad en beneficio de
todos y a la vez fuera una reprimenda suficientemente fuerte para evitar volver
a caer en las tentaciones.
Más que
elevar las penas, debemos pugnar porque estas sean más efectivas, mientras
tanto se desarrolla una cultura ciudadana fuerte, en la que impere el respeto
al prójimo.
Opino que, parte de seguir aumentando las sanciones económicas por venir manejando alcoholizado, deberían modificar la ley en materia de vialidad, donde los menores de 18 años por ningún motivo pueden manejar; si se sorprende algún de estos manejando alcoholizado o no alcoholizado, el menor así como el papá de este, deberán permanecer en la cárcel hasta pagar la multa o sanción a lo que le corresponda.
ResponderEliminarPodría verse algo muy atacante el poder generar este tipo de medidas, pero creo que debemos forzar a la sociedad a cambiar nuestra cultura; esto podríamos tomarlo de ejemplo de los países de primer mundo donde se respetan todo este tipo de cuestiones y donde las sanciones son mucho mas duras de lo que se vive en nuestro país.
Estoy muy deacuerdo contigo, sin embargo, el que las penas causen pena podría en un momento dado inhibir este tipo de prácticas. Lo que si suena paradójico es que por un lado queremos imponer medidas muy severas para ciertas conductas y por otro lado la autoridad hace caso omiso a otras cuestiones igual o más relevantes.
ResponderEliminarHarry, nooo como puedes propoponer eso?!! hay que concientizar a la gente pero no es bueno desatar cacerías de brujas. hay menores que conducen y tienen un excelente criterio asi como hay adultos que manejan como enajenados mentales. No tengo la solución pero si se que ésta no puede ser meter a la carcel a los padres de los infractores...
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