viernes, 19 de abril de 2013

TE ODIO CON ODIO JAROCHO



Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza…Antonio Machado

El pueblo jarocho se distingue por su alegría, cordialidad y camaradería. Suelen ser sinceros, abiertos y pachangueros. Gozan de fama de tener una boquita que guarde Dios, lo que permite romper el turrón y pronto sentirte parte de ese maravillo pueblo. 

En días pasados se ha advertido la presencia de funcionarios públicos que valiéndose de su encargo, han desvirtuado la naturaleza de programas gubernamentales para ofrecerlos como dádivas electoreras, con el ánimo de favorecer a los candidatos priistas. 

Esto derivó en una denuncia penal por parte de la oposición ante la PGR para que investigue los delitos que resulten. La reacción de la SEDESOL fue contundente y cesó de inmediato a varios servidores públicos involucrados en los hechos. 

Las elecciones en México han pasado a convertirse en un circo donde suelen ganar aquellos que gozan del respaldo institucional, logrando aprovecharse de los programas gubernamentales para hacer negocio político. Buena parte del pueblo azteca, sumido en la pobreza y la exclusión, son presa fácil de estos pillos que buscan afanosamente comprar voluntades a cambio de despensas, becas y apoyos que debieran ser entregados de forma gratuita y en función de lo dispuesto en las reglas de operación.

Esto sucede hoy en día en Veracruz, pero ha ocurrido siempre en todos los rincones de nuestro país, desatando con ello contubernios políticos de poca duración y nulo compromiso. Los votos se compran, con lo que a la postre los electores pierden la oportunidad de demandar o exigir, pues ellos han ya recibido su merecido a cambio de cruzar la boleta. 

La compra de votos inhibe los principios democráticos más elementales de demanda, exigencia o reclamo, pues se gestó la llegada al poder mediante procesos que descalifican esta posibilidad.

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