LA TIERRA DEL OLVIDO

El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes…Mahatma Gandhi

Un buen amigo vino a visitar nuestra ciudad para arreglar sus documentos migratorios. Tenía poco más de un año de haber venido. Me hizo un comentario sobre el estado en que se encuentra nuestra ciudad. “Lo que estaba feo ahora está más feo y lo que estaba más o menos, está feo y lo que estaba bonito, ahora está feo”. 

Fotografía en árticulo del periódico el Porvenir

El deterioro de nuestra metrópoli es evidente, solo que nosotros, quienes vivimos y transitamos en estas calles, ya no nos causa conmoción. Es como algún desperfecto en la casa se queda en el olvido. Al principio nos parece un elemento fuera de lugar, pero con el paso del tiempo al no ponerle remedio, terminamos por acostumbrarnos.

Así nos ha pasado con nuestra ciudad. En franco deterioro; abunda la basura, las calles están llenas de baches y parches mal hechos, el alumbrado funciona a medias, las fuentes están apagadas, los parques y plazas públicas olvidadas. 

Las administraciones municipales están muy al margen de satisfacer las necesidades en materia de imagen y sostenimiento de una infraestructura básica en condiciones aceptables. La comunidad poco exigimos a la autoridad. Nos limitamos a ver las grandes obras como parte del quehacer público, sin apreciar los pequeños detalles que son los que verdaderamente importan.

Los gastos de operación de los ayuntamientos son altísimos, endeudados, sumidos en la mediocridad de sus decisiones y en la creciente corrupción, nos hace pensar que la situación por la que estamos viviendo no se va solucionar pronto.

Los espacios públicos no se han recuperado, mucho menos pensar en ampliarlos. Los parques naturales y los ríos están contaminados y en el olvido. Giran en derredor de los municipios, los negocios, prebendas y favores para unos cuantos, mientras que los impuestos que pagamos sin aparecer.