La
guerra terminaría si los muertos pudiesen regresar…James Baldwin
A México entran dos mil armas diariamente provenientes de los
Estados Unidos, principal fabricante del mundo de estos artefactos. Un pueblo
belicoso que se ha encargado de fomentar el patriotismo y el nacionalismo a
ultranza basado en principios de violencia. Su sociedad ve con agrado atacar
las principales amenazas con el uso de la fuerza. Si algún país es objeto de
sospechas por la posesión de armas atómicas, químicas, o muestra que su sistema
democrático es endeble, son razones suficientes para emprender una acción
militar.
Cuando nos preguntamos sobre las causas de lo sucedido la
semana pasada en Boston, es sencillo encontrar respuestas, todas asociadas a
esa condición guerrera de su pueblo, que difícilmente se puede mantener al
margen de acontecimientos como este.
Existen en los Estados Unidos casi 300 millones de armas en
posesión de particulares. Hay estados de la unión americana, donde puedes
comprar un arma como si adquirieras un Mc trio, y pasearte por las calles con
tu carabina al hombro, como en el viejo oeste.
El Estado como garante de la paz y la armonía está al margen
de dicha interpretación. Los güeros han decidió que la protección y salvaguarda
de su integridad depende primero que nadie de ellos mismos, y cuentan con el
respaldo institucional. No perciben que los costos de esta práctica que les
parece común de poseer armas los lleva a
vivir en la zozobra y el miedo.
El terrorismo local y externo, es impredecible como
condición. No se sabe cuando y en donde se llevará a cabo una acción de este
tipo, y para defenderse de lo que parece inminente deciden armarse, sembrando
ellos mismo su propio terrorismo, muchas de las veces auspiciado por sus
propias instituciones e inclusive por otros países que han servido de comparsa
para invadir y derrocar gobiernos sin razón alguna.
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