martes, 19 de febrero de 2013

REGIAS POSTALES



Que bonita familia, que bonita familia…Pompín Iglesias

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   La semana anterior fuimos sorprendidos por un caso escalofriante. El novio de una mujer mató al hijo de esta por que sentía celos. La noticia asombró de nueva cuenta a nuestra comunidad.

  Como sociedad nos hemos convertido en una entidad más violenta. No solo porque hayan aumentado los indicadores y  cifras que tienen que ver con la criminalidad, aun y cuando la autoridad se niega a aceptarlo. 
Pero el reflejo de una sociedad más violenta no se percibe únicamente con el incremento en estas cifras. Sino por la manera como la sociedad percibe la violencia en su vida cotidiana. El común de la gente comienza a preguntarse porque no se aplica la pena de muerte en nuestro país. Si bien es cierto esta medida no resulta del todo eficiente para contrarrestar los incrementos de la criminalidad, por lo menos deja un sentimiento de satisfacción o venganza.

  Incrementar las penas o hacerlas más severas permite percibir una sociedad deseosa de atacar con mayor violencia a los criminales. El pedir una mayor presencia policíaca, más armamento y policías más preparados no deja entrever esta condición que experimenta la sociedad. Los museos siguen luciendo vacíos, pero las exposiciones donde se exhiben soldados, armas y tanques lucen repletas.

  Este fin de semana vimos en los diarios y la televisión como una familia dirimía sus diferencias a pedradas, insultos y amenazas de muerte. Motivados por la disputa de una  herencia,  no precisamente de un tejaban o un montón de ladrillos, sino de cientos de millones de dólares. 

Hay que dedicar mayor tiempo y espacio a crear y criar una sociedad diga, en lugar de enaltecer cuestiones violentas como lo hemos hecho hasta ahora.

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