viernes, 1 de febrero de 2013

LA BASURA



No heredamos la tierra de nuestros antepasados. La legamos a nuestros hijos… Antoine de Saint-Exupery

  Pocos esfuerzos y  para colmo un mal diseño es lo que ha convertido a nuestra urbe en un auténtico muladar; "¡ATASCADERO!"así decía mi madre, al referirse a nuestra recámara en la cual habitábamos 4 varones de entre 15 y 8 años.  
  Mamá solía ser un gendarme a la hora de imponer orden, más aun cuando se trataba de las labores de limpieza, a las cuáles nos sumábamos todos. Había una gritadera durante todo el ritual de limpiar la casa, que por cierto era muy pequeña, sin embargo, nos dábamos a la tarea de ensuciar hasta el rincón más escondido. 

  Usualmente había una persona que ayudaba a mi madre, pero cuando era épocas difíciles se tenía que prescindir de sus servicios y éramos nosotros los que colaborábamos en estas labores. Dotada de fuerza suficiente como para dar y repartir, mi madre imponía respeto con la sola mirada. Sus gestos de enojo eran intimidantes y si eso no era suficiente, la frase de…LE VOY A DECIR A TU PADRE, era contundente.
Fue así como nos enseñamos (unos más que otros) a apreciar la limpieza. Mantener la casa limpia no consistía únicamente en recoger y alzar (así decía mi tía Ana) sino en no ensuciar. En colocar las cosas en su lugar y no perturbar el orden establecido.

  Hoy nuestra metrópoli está sumida en el abandono y la basura. Carente de programas que impacten en las conciencias de sus habitantes, que se apropien de la ciudad como algo suyo. Nos empeñamos en lucirnos sacando cuadrillas de barrenderos y barredoras de motor que lo único que hacen es esparcir la tierra por todos lados y congestionar la vialidad. 

  Deberían buscar a mi madre y señoras similares que deberá haber muchas, para pedirles consejo de cómo limpiar y mantener en orden a nuestra ciudad.

1 comentario:

  1. La ciudada esta hecha un muladar. Facil, sencillo y concreto el comentario.

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