viernes, 28 de diciembre de 2012

Los Olvidados

Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si en ella la mayor parte de los miembros son pobres y desdichados.
(Smith)

En 1950 el cineasta español Luis Buñuel nos deleitó con una de las cintas más extraordinarias del cine mundial, Los Olvidados. Ganadora del premio a mejor director en el festival de Canes, la película narra historias de violencia, pobreza y crueldad en un México donde los excluidos están al margen de los beneficios e incluso del propio estado.

Una ocasión tuve la fortuna de visitar un ejido en el sur del estado (no es el mismo que les he contado anteriormente). Uno de muchos sumergidos en la miseria y abandono. El lugar parecía un pueblo fantasma. Al escucharse el ruido del motor del vehículo y observarse la polvareda, los pequeñines asomaban sus cabecitas por las puertas de las humildes viviendas, todas de adobe, techos de lámina y hojas de palma, asombrados por la visita de fuereños.

Las madres se aprestaban a terminar sus labores para acudir ante nosotros a plantearnos las quejas de rigor y a ofrecernos comida y agua, la hospitalidad norteña a flor de piel. Los hombres ausentes, muchos de ellos en el pastoreo de las chivas, otros más del otro lado, en busca de fortuna.

Las campañas electorales estaban en su apogeo, aunque ese municipio había sido gobernado por el mismo partido en toda su historia, la visita del candidato era necesaria. La pregunta obligada. ¿Cuándo vino por última vez el Alcalde?, preguntamos a una mujer de edad avanzada. Desde que andaba en campaña vinieron a pedir el voto, y jamás regresó, ni él ni naiden de su gobierno.

No se si cuando me dijo eso me sentí aliviado o decepcionado. En el pueblo habían logrado sobrevivir aun sin la presencia de la autoridad, lo que es digno de reconocerse. No sabemos si la acción del gobierno hubiera hecho más próspera la vida de aquella comunidad. Lo que si estamos seguros es que la presencia de un buen gobierno permite a la sociedad integrarse y ser parte de los beneficios del desarrollo, sin excluir a nadie, sin olvidarnos de nadie.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Como México no hay dos


Los hombres son crueles, pero el hombre es bueno.
(Rabindranath Tagore)



Hace días un buen amigo perdió su empleo. Peregrinó por empresas, el gobierno, y universidades sin encontrar fortuna. Decidió invertir lo poco que le quedaba de su liquidación en iniciar un negocito. Sin saber  los vericuetos burocráticos que encontraría se dio a la tarea de hacer las cosas "como Dios manda".

El negocio consistía en una fonda para vender tacos. Su aventura por los negocios de la gastronomía estaba respaldada por su gusto y afición por la comida. Una vez que identificó el lugar e hizo los ajustes financieros necesarios, emprendió su camino a las oficinas públicas.

Salubridad, comercio, protección civil, obras públicas; esas nada más del municipio; del estado, igual, más la secretaría del trabajo, tesorería, agua y drenaje; y federales, el seguro social, sat, cfe, y no sé cuantas más. Apenas llevaba la mitad de las visitas y ya se me estaba rajando. Al grito de SI SE PUEDE, alenté a mi cuate a seguir con el proyecto.

Todavía no vendía el primer taco y el presupuesto se había agotado, los meses transcurrían y las rentas y servicios no perdonan. Consiguió prestado el resto y se dispuso a cortar el listón.
El tiempo pasó, y aunque el lugar estaba limpio y los tacos de buen sabor, no se paraban ni las moscas. La competencia de los carritos callejeros que están al margen de todo aquel entramado que vivió, conoció y hasta despreció, lo ponen en desventaja. Al final de cuentas, un anuncio de se renta daba por terminada esta aventura.

¿Qué pacho? Me preguntaba. No será que perdí mucho tiempo y dinero haciendo las cosas como deben ser. Hace días conocimos por parte de las autoridades norteamericanas como se las gastó WalMart  para poder abrir tiendas en México. Aceptan haber otorgado sobornos por más de 25 millones de dólares (que agarrados). La noticia provocó el desplome de sus acciones en la bolsa. Se investigará hasta las últimas consecuencias (en Estados Unidos, no se me emocione) y aquí, habremos de esperar con que cuento nos van a salir las autoridades.

Desafortunadamente la corrupción sigue siendo un factor de aliento para la apertura de negocios, por el contrario un estado de derecho firme y eficaz, pareciera frena y desmotiva la inversión.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Mota, Si

Como bien lo saben, este espacio no está hecho para echarle porras a nadie. Considero que los candidatos o cualquier otro personaje de la política o la vida pública poco necesitan de este tipo de adulaciones.

Fotografia relacionada al temaLa lucha contra las drogas en el mundo y particularmente en México ha llevado consigo un saldo poco favorable en términos generales. El consumo va a la alza, así como las ganancias de quienes se dedican a estas actividades. De igual forma, los negocios vinculados a esta actividad se incrementan constantemente (robos, secuestros, extorciones).

La inversión en armamento, cuerpos de seguridad y su sostenimiento, penales e incremento en los aparatos de justicia, no han sido hasta ahora la solución. Invertir en estos rubros ocasiona que otros sectores queden desprotegidos y como consiguiente la efectividad del Estado se ve mermada.

La legalización de las drogas, en particular la mariguana ya es una realidad en muchos países. Con fines medicinales o no, la idea es que las personas podamos consumir el enervante con la misma facilidad que consumimos el alcohol o el tabaco.

Obviamente existen un sinnúmero de inconvenientes que deberemos sortear antes de llegar a estas instancias. El primero de ellos tendría que ser el de carácter moral. Despojar del estigma que pesa sobre el enervante no será tarea fácil. Para muchos (por no decir la mayoría) fumar marihuana te convierte en  delincuente.
Los estereotipos nos han llevado a ver lo que los demás quieren que veamos. Cuando la prensa nos habla de los musulmanes, de inmediato nos imaginamos a un tipo barbado, con una túnica y trepado en un camello enfundando un cuerno de chivo. Lo que dista mucho de la realidad.

No se si la cannabis sea buena o mala. Lo que si se es que año con año miles de personas mueren por enfermedades asociadas al tabaco y al alcohol. Habría que averiguar cuantas mueren asociadas al consumo de la hierba. Obviamente podemos relacionar con la droga, a miles de muertes de esta cruenta batalla en la que estamos sumidos, sin embargo, es precisamente, cambiar paradigmas y analizar que tanto podría seguir influyendo (en caso de ser así) legalizando su producción, venta, distribución y consumo.

Ampliemos el estado de libertades del individuo, y sea este quien decida si consume o no la mota, de la misma forma como dejamos a su libre albedrío el consumo de otras sustancias que en ocasiones son incluso más nocivas.