viernes, 8 de febrero de 2013

UN ESCÁNDALO DE LA PATADA

No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad.



Se destapó la cloaca. Recientemente se ha dado a conocer que en más de 300 partidos de fut bol soccer internacional y de ligas locales en Europa, América y Asía se han presentado sobornos y partidos arreglados. Están involucrados jugadores, árbitros y directivos, poniendo en tela de duda la honorabilidad del deporte.

Apenas la noticia salió a la luz pública y las máximas autoridades del balompié azteca, salieron a dar la cara y negar cualquier vínculo con estas mafias, como si nuestra estirpe estuviera ajena a arreglos como estos. Crea fama y échate a dormir.

Poner en duda el profesionalismo del deporte más popular del mundo pone de cabeza a los aficionados. Ya se está volviendo costumbre que las justas estén envueltas en corruptelas donde el más hábil para la trampa y el trinquete es el vencedor.

En estas cuestiones no se escapa nadie, pocos deportes están al margen de ser corrompidos por las mafias de las apuestas. El box ha pasado de ser un deporte serio a uno similar al pancracio mexicano, donde la simulación y lo absurdo prevalecen.

Cuando niño, jugar a las canicas era un deporte bravo. Requería de puntería, visión y vigilancia esmerada hacia el contrario para que no fuera a cometer "lonche",  en caso de ser así su disparo era invalidado. Los espectadores se convertían en jueces que advertían las argucias fuera de lugar, ganándose el tramposo el descrédito en el barrio. La pena consistía en su destierro del deporte. 

Dejemos la solemnidad deportiva profesional a un lado y convirtamos ese tiempo de admirar las justas, en la práctica personal de alguna actividad física que evite la competición, así la ganancia será en salud y bienestar y no en pérdida de tiempo o dinero gracias a las tan dañinas apuestas.

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