Tanto entre los individuos como entre las naciones, el
respeto al derecho ajeno es la paz…Benito Juárez
Cuando joven mi padre se vió envuelto en un incidente de
tránsito. Una vez en las celdas de la corporación pidió hablar con un amigo
suyo. El celador le preguntó que con quién deseaba hablar a lo que mi padre
respondió que con Benito Juárez. A raíz de su dicho el castigo fue aun mayor
por querer burlarse de la autoridad. Lo cierto es que Benito era un amigo de la
infancia y emulando al prócer, había cursado la licenciatura en derecho,
pensando seguir los pasos del indígena zapoteco.
En la escuela nos enseñan que con la llegada de la primavera
hay también que festejar el natalicio de uno de los héroes de nuestra patria.
Nos enorgullece que un indígena oaxaqueño haya llegado a ocupar la presidencia
de la república, hecho que vemos como algo insólito contrario a todo pronóstico.
Creo que hoy eso sería algo menos probable, a pesar de los avances democráticos,
que evocan la igualdad y equidad.
Juárez luchó contra fuerzas políticas nacionales y
extranjeras. Su gobierno peregrinó por distintos rincones del país, donde fue
acogido por el pueblo deseoso por restablecer la paz, la armonía y rescatar la
soberanía.
El legado jurídico sigue siendo orgullo nacional. Las leyes
de reforma atribuidas a él permanecen vigentes. Ciudades, avenidas, escuelas,
plazas y universidades llevan su nombre. Quizás sea el presidente mexicano más
reconocido y que mayor orgullo representa para nuestra nación.
Manuel el ”Loco” Valdez fue castigado por hacer mofa de él.
Años atrás hacer chistes en radio o televisión sobre la persona de Juárez implicaba
multas y veto temporal. Era tal el respeto que no podía más que venerar a tan ilustre
mexicano.
Con el tiempo hacer burla de los presidentes es algo normal,
será que con sus actos y ocurrencias contribuyen a fortalecer la comedia
mexicana.