lunes, 12 de noviembre de 2012

A VOLAR SE HA DICHO


El avión jefe, el avión…Tatú


El resultado de las investigaciones sobre el accidente que causó la muerte al Secretario de Gobernación Francisco Blake Mora, concluyen que se debió a un error humano, al  hacer caso omiso sobre las condiciones climáticas que hacían imposible realizar maniobras adecuadas de vuelo. Fenómenos asociados a la aviación causaron la sorprendente pérdida de  dos de de los colaboradores más cercanos del Presidente Calderón.

Pero la aviación no siempre ha sido una actividad nociva o peligrosa en el servicio público, hay quienes han hecho de esta práctica un negocio redondo. En el Municipio de Santa Catarina se detectaron 300 de estos  pseudoempleados que acudían religiosamente a cobrar sus quincenas sin trabajar.  Otro caso que fué documentado es en el Municipio de Juárez, donde según dichos del alcalde, el 40% de la nómina está compuesta de aviadores.

Esta práctica nociva no hace distingo de partidos o ámbitos de gobierno. Muchas de las autoridades hacen de las oficinas públicas un negocio de colocaciones para familiares y amigos, en detrimento del patrimonio público. Supongo que en sus negocios y empresas particulares cada persona que allí trabajan realiza de manera precisa sus actividades, pues no pueden permitirse esos lujos y desfiguros. Pero tratándose de los dineros públicos se despachan con la cuchara grande.

Dime en cuantas nóminas estas y te diré cuantos amigos tienes, reza una sentencia propia del argot burocrático. Lo peor de todo es que con tantos adelantos tecnológicos, leyes en materia de transparencia, rendición de cuentas, auditorías y demás instrumentos de control, se pueda pasar de largo la presencia de tanto aviador. ¿Y saben que es lo peor? Que no habrá sanción alguna para quienes los integraron a las nóminas y para aquellos que hicieron uso de esos recursos; en hora buena.  

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