El avión jefe, el avión…Tatú
El resultado de las
investigaciones sobre el accidente que causó la muerte al Secretario de
Gobernación Francisco Blake Mora, concluyen que se debió a un error
humano, al hacer caso omiso sobre las condiciones climáticas
que hacían imposible realizar maniobras adecuadas de vuelo. Fenómenos
asociados
a la aviación causaron la sorprendente pérdida de dos de de los
colaboradores más cercanos del
Presidente Calderón.
Pero la aviación no siempre
ha sido una actividad nociva o peligrosa en el servicio público, hay quienes
han hecho de esta práctica un negocio redondo. En el Municipio de Santa
Catarina se detectaron 300 de estos pseudoempleados
que acudían religiosamente a cobrar sus quincenas sin trabajar. Otro caso que fué documentado es en el Municipio
de Juárez, donde según dichos del alcalde, el 40% de la nómina está compuesta
de aviadores.
Esta práctica nociva no hace
distingo de partidos o ámbitos de gobierno. Muchas de las autoridades hacen de
las oficinas públicas un negocio de colocaciones para familiares y amigos, en
detrimento del patrimonio público. Supongo que en sus negocios y empresas particulares
cada persona que allí trabajan realiza de manera precisa sus actividades, pues
no pueden permitirse esos lujos y desfiguros. Pero tratándose de los dineros
públicos se despachan con la cuchara grande.
Dime en cuantas nóminas estas y te diré cuantos amigos
tienes, reza una sentencia propia del
argot burocrático. Lo peor de todo es que con tantos adelantos tecnológicos, leyes
en materia de transparencia, rendición de cuentas, auditorías y demás instrumentos
de control, se pueda pasar de largo la presencia de tanto aviador. ¿Y saben que
es lo peor? Que no habrá sanción alguna para quienes los integraron a las
nóminas y para aquellos que hicieron uso de esos recursos; en hora buena.
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